Cornelio Nepote y sus Vidas
Isabel Moreno Ferrero
Irónicamente, de un autor que dedicó buena parte de su carrera literaria a la escritura de biografías nos han llegado muy pocos datos biográficos. No conocemos su nombre propio ni su sitio de nacimiento, que puede haber sido Padua, Milán o Mantua. De su vida en Roma, sabemos que frecuentó el círculo literario de Tito Pomponio Ático, de quien escribiría una biografía, que Catulo le dedicó sus poemas (Cat. Carm. 1) y que Cicerón da noticias sobre la muerte de un hijo suyo. Sobre su muerte, sólo puede suponerse que aconteció antes del 27 a.C., cuando Octavio César recibió el título de Augusto que nunca recibe en los escritos de Nepote.
Se sabe que fue autor de una Chronica en tres libros, de unos Exempla en cinco libros, de una biografía de Cicerón, de otra de Catón el Censor, y, finalmente, del De viris illustribus, que constaba de ocho series de vidas dedicadas a reyes, generales, jurisconsultos, oradores, poetas, filósofos, historiadores y gramáticos. Para cada uno de estos conjuntos de personajes, había un libro dedicado a los romanos y otro dedicado a los extranjeros. De esta monumental obra se ha conservado completo únicamente el libro dedicado a los generales extranjeros, el Liber de ducibus externarum gentium, que concluye además con una breve referencia general a los reyes, a quienes se aduce haber tratado anteriormente. También se han conservado dos biografías del volumen dedicado a los historiadores: la de Catón y la de su amigo T. Pomponio Ático, considerada por muchos la mejor del conjunto.
El género de la biografía literaria romana abreva de dos grandes influencias. Por una parte, la encomiástica tradicional romana de las laudationes funebres, ligadas a la nobilitas, y frente a ella, el predominio ya literario de los panegíricos griegos, como el Evágoras de Isócrates o el Agesilao de Jenofonte. Por otra parte, las Vidas seriadas de filósofos, oradores, legisladores y artistas que eran populares ya en el siglo IV a.C en Grecia, cuya primera manifestación romana fueron las Hebdomades de Varrón. De esta combinación surgen muchos de los elementos característicos de las biografías de Nepote: a la esencia puramente romana del relato se le une el gusto por lo novelesco, la descripción de escenarios exóticos, el interés por el dato curioso, etc. A eso se suma el trasfondo ético-político de proponer al pueblo romano, dividido por rivalidades, la necesidad de que la individualidad política se subordine al interés de la patria.
Las Vidas de Nepote carecen de una organización clara y sintética del material; quizás esto se deba a la poca tradición, hasta ese momento, de biografías políticas romanas. Sigue, sin dudas, los tópicos biográficos fundamentales: parte de la familia, educación y adolescencia, para luego centrarse en la vida política, muerte y honores póstumos del personaje. Pero, más allá de esto, no se atiene a ninguno de los dos esquemas “clásicos” del encomio: la evolución cronológica de la vida del personaje o la caracterización anecdótica centrada en sus virtudes. Sus mayores logros son las exposiciones de las características de un personaje —como Alcibíades— o sus brillantes sentencias, cuidadosamente ubicadas en el relato, referidas esencialmente al papel de la Fortuna en la conducta humana y a la relación entre el pueblo y los gobernantes. Nepote no es un buen historiador, pero debe recordarse que tampoco deseaba serlo (Pel.1.1). Su importancia radica en su invaluable contribución a la definición de un subgénero fundamental para el desarrollo histórico-literario de Roma: en una época en que la individualidad política comenzaba a dominar la escena histórica y literaria, abrió una línea que se convertiría en la forma de narrar la historia en época imperial.
[Extraído de Moreno Ferrero (1997)]
Referencias bibliográficas
Moreno Ferrero, I. «2.3. C. Nepote (c.a 100-post. 27 a.C)». En Codoñer, C. (Ed.) Historia de la literatura latina. Cátedra. Madrid. 1997. pp. 293-299.
C. Nepotis De viris illustribus